El jugador famoso de fútbol, Neymar no cometió uno de los fallos más groseros que se le recuerdan en la élite profesional.

Corría el minuto 57 del partido, cuando el árbitro pitó falta en el área tras uno derribo a un futbolista del PSG. El brasileño, que estrenaba titularidad por primera vez desde su lesión de noviembre, pidió ejecutar el lanzamiento. Estaba pleno de confianza, ya que había marcado el 3-1 y creía que se podía remontar.

Puso el balón en el punto de lanzamiento, tomó carrerilla, hizo el mini-sprint antes de disparar y le dio flojo con el interior de la bota. Lafont, portero del Nantes, lo detuvo con una facilidad que ni se creía.

La derrota del PSG no hace peligrar, ni mucho menos, su posición al frente de la clasificación general. Aunque el 3-1 supone un duro golpe moral, el conjunto entrenado por Mauricio Pochettino cuenta con más de 10 puntos de ventaja sobre el Olympique de Marsella, por lo que el tropiezo no supone mucho problema.

Sin embargo, en lo anímico, sí puede resultar un varapalo peor. Ya les costó marcar a un Real Madrid hundido en la Champions, algo que dentro de lo que cabe entra en los planes, pero recibir un 3-0 en apenas 45 minutos no era esperado. Aunque fue Neymar quien maquilló el resultado, también él mismo cortó de la manera más catastrófica las posibilidades de remontada.