La carga rápida es una solución que hoy brindan los dispositivos móviles para no esperar largas horas al lado del tomacorriente, pero esto viene acompañado de ciertos aspectos a tener en cuenta, para no afectar la vida útil del celular.
Cualquier batería se va a desgastar con el tiempo, pero al usar esta tecnología ese proceso se puede acelerar si no se toman ciertas medidas o si no se tienen en cuenta algunas características que los fabricantes incorporan en sus teléfonos.
Cómo funciona la carga rápida
Esta opción acelera el proceso de carga y en minutos se puede tener el 100% gracias a un aumento en el voltaje y el amperaje, que permite este proceso.
Por eso hoy en día es normal escuchar que un celular trae un cargador de 65 wats, 100 o más, a diferencia de los móviles antiguos que contaban con uno de 1 o 2 wats.
Este crecimiento vino acompañado del aumento en la capacidad de las baterías, que ahora son, en su mayoría de 5.000 mAh.
De esta forma, para que un celular tenga carga rápida necesita un cargador de alto voltaje y una batería que los soporte, por eso no todo cargador funciona igual con cualquier teléfono.
Para este proceso ambas partes necesitan un elemento que les ayuda, pero también los afecta negativamente: el calor, ya que al haber una aceleración en la velocidad de la carga se va a subir la temperatura y es ahí donde se presenta la afectación.
La carga rápida puede dañar un celular: si o no
Que un celular tenga carga rápida o no, no lo condiciona para que su batería no se dañe con el tiempo.
Este es un proceso natural que sufre cualquier dispositivo, porque las pilas están diseñadas para soportar ciertos ciclos de carga que se van consumiendo en un plazo determinado, que en promedio está entre los cinco años.
Pero cuando un teléfono tiene esta característica, implica que la degradación puede ocurrir en un plazo más corto.
Para cumplir con el proceso de carga rápida, el celular va a generar mucho calor, lo que de inmediato causa un impacto negativo en el tiempo de vida de la batería. Por eso siempre es importante cargar el móvil en espacios con temperaturas no muy altas y ponerlos sobre superficies que no transmitan calor, como el vidrio o la madera.
Con el objetivo de resolver estos dos problemas: desgaste de los ciclos de carga y altas temperaturas en el teléfono, las marcas han diseñado diferentes soluciones que permiten usar la carga rápida con herramientas que protejan el móvil.
Una de ellas es ubicar sensores y reguladores de temperatura dentro de los dispositivos y de esta forma, el mismo móvil se protege para evitar daños con el tiempo.
También, se ha creado una tecnología que detecta los hábitos de carga del usuario y extiende los tiempos para no generar degradación en la batería. Por ejemplo, si una persona siempre carga su celular en la noche, el mismo dispositivo lo va a detectar y va a extender el tiempo de carga en ocho horas.
Otras soluciones son hacer procesos de carga rápida hasta cierto porcentaje y después ralentizarlo, o trasladar la temperatura alta al cargador, para que el teléfono no se vea involucrado en ese aspecto.
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