Por Lincoln Minaya

En los Ćŗltimos tiempos, hemos presenciado una creciente ola de violencia, robos y atracos que parece invadir nuestro paĆ­s. Esta situaciĆ³n no es aislada ni espontĆ”nea; hay factores que estĆ”n fomentando este comportamiento antisocial. Entre ellos, la sociedad de la apariencia que se destaca como la principal propiciadora de este deterioro social.

Los recientes asaltos a dos prestantes bancos del paĆ­s son una seƱal alarmante de que algo anda mal. MĆ”s allĆ” del impacto econĆ³mico, estos hechos nos obligan a reflexionar sobre nuestras actitudes y valores. Es imprescindible una reingenierĆ­a sentimental que nos permita crecer como personas y superar la superficialidad que nos impone la sociedad actual. En las redes sociales y en la vida real, estamos creando una «chopocracia» en la que lo malo se convierte en bueno y lo bueno se sataniza. Esta distorsiĆ³n de valores es visible diariamente cuando el odio se vuelca contra personas de bien, sin siquiera investigar la realidad, inmediatamente sus iguales se confabulan con la bestia opresora.

Hoy en dĆ­a, ser profesional destacado, ser una buena persona, ser un intelectual , se percibe como algo relegado a una quinta categorĆ­a. Visitar un lugar pĆŗblico en familia con un presupuesto limitado se ve casi como un pecado en un mundo donde lo que no suma ni aporta nada a la sociedad, ha inundado todos los aspectos de nuestras vidas, en una chopocracia que lleva a nuestros jĆ³venes a pensar. que quien mĆ”s gasta es quien mĆ”s vale, quien mĆ”s gasta es a que le llevan veritas, el que mĆ”s brilla, a quien mejor trata y es ahĆ­ el motorizador de los muchos robos y asaltos que a diario ocurren en el paĆ­s.

Esta competencia por la apariencia no solo afecta nuestra salud mental, sino que tambiĆ©n corroe nuestra esencia. El deseo de validarnos por lo material nos lleva a los niveles mĆ”s bajos de la degradaciĆ³n humana.

Hay mucho que analizar en el comportamiento de nuestros jĆ³venes, quienes estĆ”n mĆ”s influenciados por esta cultura de la apariencia. No es solo una cuestiĆ³n de noticias sensacionalistas, daƱadas, e irrespetuosas vertidas a travĆ©s de las redes y cabinas digitales; es una seƱal de que debemos reflexionar sobre la direcciĆ³n en la que vamos como sociedad.

La sociedad de la apariencia estĆ” erosionando los fundamentos de nuestra convivencia, fomentando la violencia y la degradaciĆ³n. Necesitamos un cambio profundo en nuestros valores y actitudes para construir una sociedad mĆ”s justa y autĆ©ntica, donde el ser prevalezca sobre el tener.

Foto de portada “fuente externa”